Fe
Mi fe en Dios es fortalecida día a día.
Después de una larga caminata, quizás me duelan los músculos, especialmente si he estado inactivo. A medida que hago más ejercicio, mis músculos se fortalecen y mi caminata se hace más fácil. Mi fe obra de manera parecida. Mi fe es fortalecida cada vez que la pongo en práctica.
Hoy fortalezco mi fe al reflexionar en las muchas bendiciones que he recibido. Recuerdo la guía en un momento de duda y el amor que me consoló. Al recordar las muchas maneras en que Dios ha provisto exactamente lo que he necesitado, dejo de confiar en alguien o algo fuera de mí para mi provisión. Tengo fe en la presencia de Dios en mí como mi verdadera Fuente de bien.
Si vosotros no creéis,de cierto no permaneceréis.—Isaías 7:9
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